SISTEMA DE PROTECCIÓN ANTICAIDAS: CUANTO MENOR ES LA ALTURA, MAYOR ES EL RIESGO

Aunque el título parezca una errata, no lo es. En este post hablaremos de la complejidad extra que implican los trabajos en altura con distancias libres muy limitadas. Cuanto menor es la altura a la que estamos trabajando mayor el riesgo que tenemos de sufrir daños. Dicho de otra manera, es más peligroso y complejo trabajar a 5 m del suelo que a 10 o 15 m. No hablo de una caída libre sin equipos de protección anticaídas; evidentemente “la hostia a pelo” desde 15 m es peor que desde 5, aunque la de 5 m ya sea más que suficiente para un billete de sólo ida al otro barrio.

En primer lugar, debemos tener claro el concepto de distancia libre o distancia de parada, es decir el espacio por debajo de los pies del operario que necesitan los equipos anticaídas para hacer su doble función: detener la caída y minimizar la fuerza de impacto por debajo de 6KN. Cada modelo de equipo precisa una distancia libre distinta que variará en función de parámetros como longitud del dispositivo, el factor de caída o el peso del usuario.

Una de las preguntas que suelo hacer en los cursos de alturas consiste en darle un elemento de amarre a un alumno y preguntarle si estaría seguro en una caída en factor 2 con ese dispositivo desde una cubierta o estructura de 5 m. En la mayoría de los casos, y aun cuando sospechan que es una pregunta trampa, los alumnos dicen que si… “Vamos sobraos”

 

El elemento en cuestión es el de la foto de la parte superior.

 

¿Saben cuántos alumnos me piden el manual de instrucciones del equipo? Creo que un alumno una vez hace bastantes años y llevo unos cuantos cursos impartidos en mi vida.

Pues bien, para este equipo el fabricante nos indica una distancia libre mínima de 6,75 m por debajo de los pies del usuario.

Imaginémonos que a esta distancia, además tuviéramos que sumarle 2, 3 o 4 m de la deflexión o flecha de caída de una línea de vida horizontal temporal.

Lo complicado de trabajar en alturas con sistemas anticaídas no es trabajar a 15, 20 o 30 m, es trabajar entre 2 m, altura a partir de la cual legalmente estoy obligado a utilizar protección contra caídas, y los 6-7 m, que es la distancia libre que necesitaré con los sistemas anticaídas que se usan con mayor frecuencia. El trabajo a estas alturas requiere una planificación y una selección de técnicas y equipos perfecta puesto que no hay margen. Un error en el cálculo de la distancia libre requerida o en la deflexión de una línea de vida, puede provocar que en caso de caída impactemos contra el suelo u otro obstáculo.

 

¿CÓMO TRABAJAR SEGURO EN ALTURAS DE 2 A 7 M?

Evidentemente, y como todos sabemos, la solución óptima y la que la ley de prevención nos insta a anteponer a cualquier otra, es la eliminación del riesgo y luego el uso de protección colectiva (protección lucernarios, barandillas, etc). Pero en este caso vamos a centrarnos en un escenario en que no podemos disponer de esas protecciones. Dicho esto, tenemos 2 alternativas a utilizar, sistemas restrictivos (sistemas retención) o sistemas anticaídas.

 

 

Sistema de retención – Aquel sistema que me permite acceder a la zona de trabajo pero que, mediante una cinta o cuerda de longitud fija o regulable, no me permite llegar a caer. Este sistema limita el desplazamiento del usuario para no llegue a zona de caída. Atención, este tipo de equipo no son aptos para recibir una caída. Dentro de este tipo de equipos encontramos los elementos y cuerdas de retención y posicionamiento.

Sistema anticaídas – Aquel sistema que actuará una vez se produzca la caída, evitando el impacto contra el suelo u otros obstáculos y minimizar la fuerza de impacto generada en la detención de dicha caída. Los sistemas anticaídas pueden ser elemento de amarre con absorbedor, elemento de amarre sin absorbedor, anticaídas retráctil o anticaídas deslizante.

 

En definitiva, tenemos que escoger entre evitar la caída o proteger al operario si se cae.

De igual modo que tenemos claro que debemos anteponer la protección colectiva a la individual, debemos tener también claro que nuestra primera opción, siempre, pero muy especialmente en alturas bajas, deben ser utilizar sistemas restrictivos que no me permitan llegar a caer. Si no hay caída la distancia libre al suelo, las fuerzas de impacto y el rescate ya no me deben preocupar. En este sentido, la propia UNE-EN 363 de sistemas contra caídas, nos dice que deberemos optar siempre que sea posible por sistemas restrictivos o de retención que impidan o prevengan la caída, en lugar de los sistemas anticaídas.

Varios ejemplos de equipos para utilizar como sistema de retención:

 

 

El problema habitualmente reside en que no puedo garantizar que con un sistema de retención pueda alcanzar todas las posibles zonas de trabajo sin colocarme en una zona con riesgo de caída. Muchos de los trabajos que tendremos que realizar van a implicar que me tenga que colocar al borde de una cubierta o estructura donde puede producirse una caída libre. Si nos colocamos en una zona con riesgo de caída, no podemos servirnos de los sistemas de retención, nuestra alternativa serán en este caso los sistemas anticaídas.

 

 

 

En el caso de que no nos quede otra opción que usar sistemas anticaídas, en primer lugar, tenemos que evaluar de qué puntos de anclaje dispongo. Si tengo el anclaje en factor 0, 1 o 2.

En alturas de 2 a 7 m con sistemas anticaídas anclados en factor 0, es decir por encima de la cabeza del usuario, y dado que en esa configuración los sistemas de absorción no van a desplegarse, con la mayoría de sistemas estaré seguro. Es a partir de factor 1 y sobre en todo en factor 2 donde tenemos que estudiar al milímetro la distancia libre al suelo.

A continuación, veremos varios posibles ejemplos de soluciones anticaídas para escenarios con poca altura y anclajes en factor 1 y 2.

 

Ejemplo 1: Elemento de amare

Una de las alternativas más empleadas es la de elementos de amarre. El problema es que para anclajes en factor 2 es necesario utilizar elementos que dispongan de absorbedor de energía, y que este, para hacer su función se despliega aumentado la distancia libre requerida. En este punto nos encontramos con que la necesidad de absorber energía para minimizar la fuerza de impacto por debajo de 6kN entrar en conflicto con la necesidad de reducir al máximo la distancia libre. ALTURA VS ENERGÍA DE IMPACTO.

 

 

 

HA Altura libre bajo el punto de anclaje (m)
Usuarios con peso normal ≤ 100 kg					Usuarios con sobrepeso ≤ 130 kg
Ha		Factor de caída			Ha		Factor de caída
		0	1	2			0	1	2
A Longitud total de La cuerda (m)	1,20	3,70	4,10	4,50	A Longitud total de La cuerda (m)	1,20	3,70	4,25	4,80
	1,40	3,90	4,35	4,80		1,40	3,90	4,50	5,20
	1,50	4,00	4,50	5,00		1,50	4,00	4,65	5,40
	1,60	4,10	4,65	5,20		1,60	4,10	4,80	5,60
	1,80	4,30	4,90	5,45		1,80	4,30	5,10	5,90
	2,00	4,50	5,15	5,70		2,00	4,50	5,40	6,20

 

Esta gama de modelo de elementos de amare con absorbedor nos ofrecen una grandísima ventaja en este tipo de escenarios con respecto a otros modelos. Su manual de instrucciones nos ofrece de forma detalla en tablas una gran cantidad de datos sobre la distancia libre requerida para multitud de configuraciones distintas, y además también me los segmenta para usuarios hasta 100 kg o hasta 130 kg.

 

Ejemplo 2: Anticaídas de plano horizontal

Otra opción serían los anticaídas retráctiles para plano horizontal. Estos dispositivos llevan incorporado un absorbedor de energía para minimizar las fuerzas de choque de la detención de la caída.

Cuando utilizamos este dispositivo hay que ser consciente de que no podemos desviarnos demasiado de la línea perpendicular al anclaje puesto que en caso de caída el efecto péndulo provocaría que al recuperar la perpendicularidad al anclaje se viese incrementada la distancia libre.

Los diagramas adjuntos corresponden al anticaídas retráctil modelo Cobra de Camp, que nos dice que precisaremos al menos 5,4 m de distancia libre por debajo de los pies.

 

 

 

Ejemplo 3: Sistemas de líneas de vida sobre elevadas

Un solución novedosa y práctica es la utilización de líneas sobre elevadas. La ventaja fundamental de este sistema reside en que me permite instalar las líneas de vida temporales en factor 0 en lugar de factor 2 mediante el uso de unos postes. Este cambio tiene como objetivo minimizar las fuerzas de choque y, utilizado en combinación con retráctil que el fabricante tiene ensayo para ese sistema, nos permite reducir hasta 4 m la distancia libre con respecto a una instalación a factor 2. Todo ventajas.

 

 

 

 

CONCLUSIONES Y REFLEXIONES

En alturas de trabajo como las indicadas, la mejor opción es la prevención de la caída. Evitar la caída mediante sistemas de retención nos simplifica la toma de decisiones. Además, garantiza la seguridad de los operarios y evita el tener que preocuparnos del rescate de una víctima suspendida.

En caso de tener que recurrir a sistemas anticaídas, la evaluación de las distancias libres de los sistemas a emplear y el efecto péndulo es esencial para garantizar la seguridad del usuario. Dicha selección debe hacerse prestando una especial atención a los datos facilitados por el fabricante en su manual de instrucciones. Como hemos visto en los 2 primeros ejemplos anteriores necesitaremos aproximadamente unos 5-6 m como mínimo de distancia libre para poder utilizar sistemas anticaídas en factor 2. Esta distancia es más o menos similar en todos los fabricantes, aquí tampoco hay soluciones milagrosas.

No puedo finalizar este artículo sin una referencia a lo que considero que posiblemente sea el peor enemigo de la seguridad, junto con la ignorancia, el exceso de confianza. El exceso de confianza nos puede afectar a todos, tengamos más o menos conocimientos, experiencia o habilidades. Es más, cuanto más habituados estamos a trabajar en alturas más tendemos a caer en ello.

El trabajar a 3, 4 o 5 m nos suele dar una falsa sensación de seguridad, mientras que trabajar a 40 m nos induce normalmente un estado mayor de alerta. Este hecho hace que en muchas ocasiones se pueda descuidar la selección de equipos, la valoración de la zona a proteger o la planificación del rescate.